domingo, 13 de junio de 2021

Quince años con Alma de Diamante

Los múltiplos de cinco nuevamente nos convocan. Con envidia, los múltiplos de diez los miran sabiendo que están cerca pero tan lejos al mismo tiempo. Los múltiplos de diez saben que participan en la bodas de oro o titanio. Las bodas de plata les están vedadas, los cumpleaños de quince también.

Cuando cumplió un año dije, textualmente, “porque hoy somos como no éramos ayer...ni hubiéramos imaginado serlo”. La frase se mantiene fresca, actual y las músicas tuvieron una resonancia distinta a partir de vivir con ella. “Mañana es mejor” decía el poeta Spinetta. Y así ha sido, la curiosidad de lo que vendrá siempre latente, el amor que no se se cansa, los caminos que caminamos juntos, muchos que nunca imaginé que lo haría.

Los múltiplos de cinco nos llaman a hacer balances, así como nuestros hijos nos interpelan. Nos llevan de la mano a caminar por nuestra infancia, a vivir el momento y, a veces, nos reflejan los errores que creíamos no tener. Habré sido un buen padre? Lo estoy siendo? Lo seré? A veces pienso que ser padre es como ser arquero: los errores hay que corregirlos rapido, porque el partido sigue y uno debe hacer nuevas atajadas: el flujo de la vida -su vida, nuestra vida- no para.

Sé también que la pregunta se contesta en el tiempo. Quiero lo que todos quieren: que sea feliz. Algo tan simple de decir y tan difícil de lograr, el conjuro mágico que necesita de autoestima, resiliencia, trabajo, azar y de otros ingredientes que se nos escapan. Que sea feliz y que en algún momento trace la línea sobre nuestros deseos y los suyos, sobre nuestras expectativas y la suyas. Y que cruce esa línea y camine suelta sin cargar cicatrices de la infancia.

Llegó un lunes y este lunes 14 de junio cumple quince. Pienso en cuando escribí “Por qué me gustan los lunes”, jugando con una canción de los Boomtown Rats que me encanta, “I don’t like Mondays”. El otro día leyendo la letra vi que habla sobre una adolescente, palabras que hoy tienen otro eco: "Sweet 16 ain't so peachy keen"

Su mundo, su universo particular tiene ahora cosas que me fascinan y otras que no entiendo. Trato de adaptarme, el norte vital en la biología y en la vida. Pero sé que ella debe cruzar esa línea y que su madre y yo deberíamos ser buenas personas lo suficiente para hacerle las cosas fáciles. “If you love somebody, set them free”, ya que estamos con rock británico,

Con mi mujer le hemos hecho un site para sus quince, con películas, fotos y textos, incluyendo este. La pandemia nos ha dejado pocas opciones de festejo. Ver fotos, películas desde que era bebé hasta hoy, nos mueve. Recordamos con sonrisa a flor de piel. Sí, como a todos les ocurre, los quince años pasaron muy rápidos. Pero no me quejo, porque a lo largo de este tiempo he aprendido a vivir los momentos. Aprendí a acecharlos, cazador de felicidades, porque surgen inesperadamente y muchos quedan en nuestra memoria.

Ahora está grande, sabe muchas cosas. Hemos visto cielos estrellados buscando a su abuelo, a mi tío y nuestras perras que partieron. Me sorprende cuando recuerda cuando la hamacaba de chica y jugábamos a que un cohete iba a despegar de Cabo Cañaveral. Se entusiasma con las series policiales que vemos los tres juntos y tejemos hipótesis como los mejores detectives. Hoy cuestiona todo, hasta los mínimos detalles y aún así, nos da la felicidad y la rareza de poder discutir con alguien inteligente. La inteligencia, ahora sabe, es mirada con desconfianza por el otro, no es el mejor camino para ser popular. La inteligencia de la mano de la ironía que usa con frecuencia cuando imita a nuestros conocidos.

Hoy continuamos caminando con ella los caminos que tienen corazón. Y sigo respirando al besarla cada mañana.

Por suerte esto recién empieza.