miércoles, 15 de octubre de 2014

La persistencia de mi tío Alberto

Naranjo en flor
Los recuerdos son aromas, nos asaltan sin que lo esperemos y nos llevan a momentos en el pasado sin escalas. Hay perfumes que resisten nuestro olvido: el pasto recién cortado, que anunciaban los partidos de fútbol del viernes por la tarde e iniciaba la libertad del fin de semana.

Smells like teen spirit
A veces reviso mis cajones. Guardo de todo un poco. Me recibe un aroma de adolescencia intacto. Una servilleta de algún encuentro. Entradas de cines. Monedas que evocan economías inestables. Frases que alguna vez tuvieron sentido. Y muchos poemas escritos en cualquier tipo de papel, algunos repetidos al infinito, escritos con diferentes biromes de diferentes colores. Confiando quizás en algún mantra que, por repetitivo, se vuelve poético.

Ciber-recuerdos
Ayer revisé mi agenda en mi smartphone. Tenía una actividad que no recordaba si era en octubre o en noviembre. El 8 de noviembre estaba marcado: era (es) el cumpleaños de mi tío. Comprendí que ese día, de todos los años que sigan, iré a recibir un aviso en mi cuenta de Gmail. Y que si por acaso ese día abro mi tablet, su agenda también me lo estará recordando, porque la agenda de mi smartphone, mi correo electrónico y mi tablet se comunican, creo que a través de la nube, tal vez sea en la nube. Reviso mi WhatsApp y veo su foto entre mis contactos. Me doy cuenta que ahora tenemos otros recuerdos, otras persistencias que antes no teníamos y que viven fuera de nuestra memoria. Abro mi laptop: tengo muchas fotos de él. Mi preferida: mi hija con un año y medio sentada en el piano de mi tío. Él la mira desde atrás, sonriendo.

Nube
Donde viven las informaciones y los recuerdos en Internet. No siempre: un día mi tío nos llevó a mi hermano y a mi a ver Racing-Independiente en cancha de Racing. El era (es) hincha de Independiente, nosotros de Racing. Como buen tío nos llevó a la tribuna de Racing. Independiente ganó 4-2 con una exhibición de Bochini, el jugador que él consideraba más grande que Maradona. No pudo gritar los goles: en la tribuna popular de Racing lo hubieran linchado. A la vuelta tuvo tiempo para consolarnos por la derrota. Busco ese partido en Google: no consigo encontrarlo. No se si mi memoria falla o si Google no es tan perfecto como sus inversores creen.

Sonrisas
Era un programa de radio que lo conducía Graciela Mancuso. En la época de la dictadura, escucharlo los viernes a la noche con los amigos mientras comíamos pizza era casi una salida. No me quejo: el ese entonces muy joven Roberto Pettinato pasaba grupos raros que sólo él conocía. Así fue que descubrí a un grupo australiano, Flash and the Pants. Su tema Walking in the rain todavía lo escucho cuando voy manejando a trabajar o llevando a mi hija a la escuela.

Lágrimas y sonrisas
Hoy consigo evocarlo con una sonrisa: hay demasiados buenos recuerdos. Las lágrimas, acaso nuestro egoísmo de seguir teniéndolo con nosotros, han dado lugar a las sonrisas. Y eso dice mucho más de él que de mi.

Cató de todos los vinos, anduvo por mil caminos y atracó de puerto en puerto... Da todo lo que puede dar, su casa está de par en par.”

Tio Alberto (Joan Manuel Serrat).