domingo, 14 de junio de 2015

"Toda la vida tiene musica, hoy"

La música como acto cotidiano y, por lo tanto, vital. Escuchamos música en el colectivo, manejando, cocinando, antes de dormir, al despertar. No podríamos estar sin música. Nuestras células ciliadas del oído interno esperan ansiosas ondas vibratorias para centellear felices, eléctricas.

No solo las fotos registran nuestras vidas. No podemos sacarnos selfies con la música pero ella marca momentos que quedan en la memoria. Las series que miramos tienen música (“Woke up this morning”). Recordamos la primera música que escucharon nuestros hijos (hermosa “Infinito Particular”). Tenemos las músicas que ahora ellos eligen (One Republic, Taylor Swift, Ellie Goulding) y que suenan mientras vamos al colegio.

Está también la música que nosotros le hacemos escuchar. Música de nuestra adolescencia, cuando la música era también un refugio durante los años oscuros de la dictadura, belleza invisible brillando en la miseria.

Y, no podía ser de otra forma, el nombre de nuestra hija es música, argentina y brasileña. Porque, como con la música, no imaginamos, no recordamos como era nuestra vida antes de ella estar.

Y porque nos da las pocas certezas que tenemos en la vida: que siempre estaremos escuchando música y que siempre seremos padres.


Son tantos sus sueños que ves el cielo mientras te veo bailar”*

* Luis Alberto Spinetta (1950-2012). Poeta y músico argentino.